1. Disminuye gradualmente la velocidad: Reduce la velocidad de tu automóvil de manera gradual antes de llegar al reductor de velocidad. Esto permitirá que la suspensión tenga tiempo para ajustarse y absorber mejor los impactos.
2. Evita frenar bruscamente: Intenta evitar frenar bruscamente justo antes de pasar por el reductor de velocidad, ya que esto puede ejercer una presión adicional sobre la suspensión. En su lugar, reduce la velocidad de manera constante y suave.
3. Mantén una distancia segura: Siempre mantén una distancia segura con el vehículo que te precede para tener tiempo suficiente para reaccionar ante los reductores de velocidad. De esta manera, podrás reducir la velocidad gradualmente y evitar movimientos bruscos.
4. Conduce despacio sobre el reductor de velocidad: Una vez que te acerques al reductor, reduce la velocidad y pasa sobre él de manera suave y lenta. Si vas demasiado rápido, el impacto será más fuerte y podría causar daños a la suspensión.
5. Utiliza las ruedas laterales: Si el reductor de velocidad tiene un diseño que permite el paso por los costados, puedes intentar alinear las ruedas de tu automóvil con esos espacios. Esto puede ayudar a reducir el impacto sobre la suspensión.
6. Mantén la suspensión en buen estado: Realiza un mantenimiento regular de la suspensión de tu automóvil, como el cambio de amortiguadores y la inspección de otros componentes. Una suspensión en buen estado será más capaz de absorber los impactos de los reductores de velocidad.