1. Costo: Los brocales de plástico suelen ser más económicos que los fabricados con otros materiales como hierro fundido o acero. Esto los hace una opción asequible tanto para la instalación inicial como para las reparaciones o reemplazos posteriores.
2. Ligereza: El plástico es un material liviano en comparación con el hierro fundido o el acero. Esto facilita la manipulación y la instalación de los brocales, ya que requieren menos esfuerzo físico y menos personal para llevar a cabo estas tareas.
3. Resistencia a la corrosión: A diferencia del hierro fundido, los brocales de plástico no se corroen cuando están expuestos a la humedad o al agua. Esto los hace especialmente adecuados para áreas donde hay una alta presencia de agua, como calles con lluvias frecuentes o alcantarillas cercanas a cuerpos de agua.
4. Durabilidad: Aunque los brocales de plástico no son tan resistentes como los de hierro fundido o acero, aún pueden ofrecer una vida útil razonablemente larga. Son capaces de soportar cargas de tráfico moderadas y resistir el desgaste normal causado por el paso del tiempo y las condiciones climáticas.
5. Menor riesgo de robo: Debido a su valor monetario relativamente bajo en comparación con los materiales metálicos, los brocales de plástico son menos atractivos para los ladrones. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de robo y vandalismo en áreas donde este problema es común.

Es importante tener en cuenta que, si bien los brocales de plástico tienen sus ventajas, también presentan algunas limitaciones en términos de resistencia y capacidad de carga en comparación con los materiales metálicos. Por lo tanto, es importante evaluar las necesidades específicas de cada ubicación antes de elegir el tipo de brocal más adecuado.